No tiene mucho argumento, casi ninguno; no desarrolla las historias transversales (ninguna); la mayor parte es la misma es un combate con formato TV; resulta todo bastante obvio; pero… tiene algo que no la hace naufragar del todo: un Sylvester Stallone decadente, desfigurado y fondón, hasta se ríe de sí mismo en algún diálogo; es corta, poco más de hora y media; y, en ningún momento pretende ser pretenciosa (porque no puede).
No naufraga. Se salva porque en cada minutos nos acordamos de la primera, y única parte, Rocky.
Lo mejor: los títulos de crédito para nostálgicos (como yo). Hasta te emocionan.
Mi nota: un 6.
No hay comentarios:
Publicar un comentario